Mi historia

Mi historia

Una Madre siempre será Vida. La paciencia con la que se viven 9 meses de embarazo es el inicio de la existencia de un ser. Un ser que de pronto explota en su corazón, un ser que tendrá todas las facultades y que será reconocido como hijo (a), una armonía sin límites de aprender a ser Mamá y lo que es el amor incondicional. Ser guía y apoyo de este nuevo ser que se traduce en una entrega total. Ternura y al mismo tiempo una fuerza incomparable. 

Para mí, mi mamá representa la piedra angular donde todo se acomoda. Donde todo hace sentido. Donde puedo ver hacia adentro y saber quién soy. Un continuo vaivén de fuerzas y fortalezas que me enseñan el rumbo. Como el aire, que no vemos pero podemos sentir. Así es el amor de madre e hijo (a). Simplemente. El juego entre madres e hijos es la manera natural de entregarse por voluntad propia a la existencia. A la continuidad, a la paz que con simple caricias engrandecen nuestras raíces. Ser mamá es probablemente la mejor aventura de la vida. La aventura que te enseña el verdadero amor incondicional e infinito.

Gracias Mamá por que siempre las olas se han roto en tu costado y tus manos me han cobijado con la vida que siento dentro de mí.

Dedicado a todas las mamás y todos los hijos (as)